Los robots constituyen una tecnología especial desde el punto de vista de cómo la percibimos los
usuarios. Por algún motivo, ocupan un escalón propio, intermedio entre el de la máquina convencional
-por muy compleja que sea ésta- y el humano. Y es que lo que pretendemos, nada más y nada
menos, es que nos sustituyan en algunas de nuestras actividades físicas. Esta exigencia se ha
revelado como más compleja de lo esperado, y tras más de cinco décadas de robótica moderna,
aún no vivimos rodeados de robots dedicados a hacernos la vida más fácil. Actualmente, los nuevos
avances en las comunicaciones y la inteligencia artificial están proporcionando un impulso renovado
a la robótica, pero ¿será suficiente para hacer realidad el sueño de un mundo de Robots entre
Personas?
