En el contexto desconocido y cambiante de la pandemia de la COVID-19, los especialistas quirúrgicos debimos de repensar los circuitos organizativos en todas sus etapas, tanto en la cirugía programada como en la urgente, tratando de priorizar la seguridad de los pacientes y de los profesionales sanitarios teniendo en cuenta las condiciones epidemiológicas específicas de la población donde se encuentra cada centro hospitalario, con atención especial al mantenimiento de los circuitos No-COVID necesarios para continuar con la cirugía programada, ya que el retraso en determinados procesos puede condicionar el pronóstico de algunas enfermedades.
